Jordi Roca
El mejor postrero del mundo, 3 estrellas michelín.
Jordi es el hermano menor de los tres hermanos Roca y es encargado del mundo dulce en El Celler de Can Roca, tres estrellas michelín, un restaurante de estilo libre, de cocina en libertad, comprometida con la vanguardia creativa, sin renunciar a la memoria de las generaciones de antepasados de la familia dedicadas a dar de comer a la gente.
“Soy postrero”
El diccionario define postrero como algo situado en último lugar pero yo me he tomado la licencia de edarle un nuevo significado. Para mí, “ser postrero” tiene un sentido vital y define la manera de interpretar mi profesión, no en vano elaboro postres y no pasteles.
Mi formación empezó de una manera diletante, para nada académica, en el mundo de lo dulce. Fue acompañada de la mano de Damián Allsop, un talentoso pastelero galés que aterrizó en nuestra casa después de un largo periplo por grandes restaurantes europeos. Ocupó a finales de los 90 la partida de postres en El Celler de Can Roca. Con él entendí la importancia de la cocina dulce, su especificación y singularidad. Me ayudó a abrir mi curiosidad, primero como ayudante, posteriormente como sucesor. Allsop me proporcionó las herramientas necesarias para saber el porqué de la cocina dulce, así como el método, la precisión, la artesanía al minuto, la paciencia, el temple, la seguridad y la implicación obsesiva. Fueron unos inicios donde las reglas y la cuantificación eran señas de base. Supe por qué un suflé espuma, por qué se tempera el chocolate o porqué cuaja una gelatina, y aprendí a soplar azúcar como si manufacturara cristal artesano, y más, muchísimas más cosas.
Así empezó mi posibilidad de crear y volar. Desde entonces, no he dejado de divertirme, de soñar, de provocar, de sorprenderme y, sobre todo, de jugar. Llevo adicto al divertimento dulce desde hace más de 15 años. Siento una necesidad absoluta de plasmar mi vida en dulce. Un paseo, un paisaje, un olor, una historieta, un ruido, una transgresión, una emoción, cualquier camino nos puede conducir a la creatividad. Libertad y frescura. Radicalidad y extremismo. Me gusta jugar al límite, con irreverencia y rompiendo moldes. La fantasía me embelesa y exploro mi universo en el momento dulce, lejos del rigor y la seriedad de las propuestas de platos principales o platos corpulentos del menú. Me gusta sorprender en el momento final, donde el linde entre lo establecido y la fascinación es posible.
El Celler de Can Roca ganó el primer puesto como el mejor restaurante del mundo y Jordi Roca fue anunciado en la ceremonia de los World’s 50 Best Restaurants como el Mejor Jefe de Postres del Mundo.
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